¡Mi cachorro muerde mucho!
Cuando un cachorro llega a nuestro hogar nos hacemos una idea de cómo será nuestra vida luego de su llegada. Nos imaginamos acariciándolo, durmiendo en nuestros brazos y jugando con él. Pensamos en qué juguetes comprarle, su cama, sus platos, pero rara vez se nos pasa por la mente el tema de la dentición. Es una vez que ha llegado a nuestro hogar que nos damos cuenta de que muerde mucho, demasiado, sus dientes son muy filosos, duelen, y cada vez que intentamos acariciarlo nos intenta morder. ¡Los niños ya no quieren acercarse al cachorro!
Dentición del cachorro
Lo primero que debemos comprender es que alrededor de los 25 días de nacido comienzan a salir los colmillos y posteriormente aparecen los demás dientes y premolares. Nuestro cachorro de dos meses tiene un total de 28 dientes muy afilados.
Alrededor de los tres meses comienza el proceso de cambio de dientes de leche a dientes definitivos. Es muy sencillo saber cuándo este proceso comienza ya que nuestro cachorro estará desesperado por morder todo lo que tiene a su alrededor.
De a poco irán cayéndose los dientes, algunos puede que los encuentres tirados en el suelo, pero la mayoría son tragados ya que se caen mientras comen o muerden algún juguete, lo que es completamente normal.
Este proceso resulta muy agotador para las familias, porque literalmente tienen una piraña viviendo con ellos, pero es un proceso necesario y productivo para el correcto desarrollo de nuestro cachorro.
El hocico como medio de exploración
Los cachorros sienten gran curiosidad por el mundo que los rodea, son una aspiradora de conocimiento, todo les llama la atención y todo quieren conocerlo, a esto debemos agregarle la cantidad de energía que desbordan.
La mayoría de las experiencias de todo perro se viven a partir de la nariz y el hocico. Primero me aproximo, luego huelo, si ese aroma no representa un peligro, procederé a probar su sabor y textura mordiéndolo. Esta es la principal forma de explorar el medio, vendría siendo como el sentido del tacto de ellos, por lo que no podemos esperar que un cachorro no intente conocer todo por la nariz y la boca.
Es nuestro deber procurar que dentro de esta exploración el cachorro no corra peligro, que no esté sin supervisión permanente ni hayan objetos tóxicos a su alcance (plantas, remedios, productos de limpieza y otros).
Para poder educar correctamente a nuestro perro, es indispensable comprender estos dos primeros puntos, ya que son fundamentales dentro del desarrollo normal y sano de todo cachorro.
¿Hasta qué punto es normal que muerdan?
Normalmente los cachorros entre los cuatro y cinco meses dejan de morder, al menos las manos y pies, esa necesidad imperante por morder ha disminuido y las mordidas son más ocasionales. Sin embargo, en el caso de los bulldogs, es muy frecuente que a esta edad en vez de disminuir, aumenten, tanto en frecuencia como intensidad, por lo que no debemos esperar que esto ocurra para educarnos en como conducir correctamente esta conducta de manera temprana.
Así mismo, es importante educarnos identificar la intención con la que un cachorro está mordiendo, si es exploratorio, juego u otra, para así poder conducirlo de la forma más apropiada.
El bulldog y las mordidas
El bulldog es un perro de mandíbula prognata (papiche), sus dientes no se juntan como tijera para desgarrar carne y una vez que salen los definitivos son bastante redondeados. No obstante, sus mandíbulas son extremadamente fuertes y poderosas, con una musculatura, similar a cualquier perro de presa (pitbull, presa canario, dogo argentino, mastín inglés, cane corso, staffordshire bullterrier, entre otros).
Cuando una persona adquiere un perro de presa, auto educarse para poder enseñar correctamente a su cachorro resulta una tarea indispensable para cualquier familia responsable, sin embargo, nos cuesta ver al bulldog como un perro capaz de ocasionar bastante daño si llega a tomarnos con las muelas, pero lo es, y nos llegan todos los días casos de bulldogs que han atacado a sus familias, siendo que un bulldog bien educado es una raza increíblemente maravillosa, especialmente con los niños, pero el centro de esto es justamente ese, la educación temprana y correcta de nuestro cachorro.
¿Como educarlo?
No existe una técnica única (mágica) para detener los mordiscos de nuestro cachorro, ni para trabajar la inhibición de la mordida, sino que hay que educar caso a caso, dependiendo de si existen niños pequeños en el hogar, otros perros, entre otros tantos factores que influyen el proceso de aprendizaje.
Para una ayuda personalizada aconsejamos contratar una sesión de Educación Temprana, esto ayudará a que toda la familia aprenda a guiar el aprendizaje de acuerdo a cada contexto familiar y a la personalidad específica de su cachorro.
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Algunos consejos muy generales
- Si estamos acariciando al cachorro, y éste intenta mordernos las manos, evitar elevarlas para sacarlas de su alcance. Esto es visto como un juego y entenderá que el propósito de éste es intentar morder las manos saltando. En vez de eso, es aconsejable detener el cariño y esconder las manos detrás, quedándonos inmóviles. Esto permitirá que el cachorro asocie que si muerde las manos, se acaba el cariño, se acaba el juego.
- Esconder objetos del hogar, decirle a tus hijos que no corran, que no jueguen, para que el cachorro no los muerda, es tapar el sol con un dedo, es el cachorro quien debe aprender a no morder la casa, a no morder a los niños, aunque esté jugando con ellos.
- La elección de juguetes en el periodo de dentición (1 a 4 meses) es fundamental en el hecho de que el perro no necesite otras superficies para calmar el ardor y la molestia que le producen los dientes que están saliendo. Aconsejamos juguetes relativamente blandos, pero resistentes, con superficies irregulares, como pequeñas espinas y relieves que permiten masajear las encías. También los juguetes de cuerda son muy útiles, ya que los dientes se enganchan y facilitan el recambio dental. Palos de madera fabricados con aserrín sin celulosa, prensado con cartilago como el Dogwood Stick de la marca Petstage o cuernos de alce como los comercializados por Aukandogs.
Una combinación de estos tres juguetes proporcionan una entretención segura y saludable para nuestros cachorros.
- En google encontramos muchos artículos sobre redirigir la conducta, sin embargo, a nuestro criterio, esto se enseña de una manera errada. Si el cachorro nos está mordiendo, o está mordiendo el sillón, y nuestra reacción es pasarle su juguete favorito, entonces éste podría interpretar que si quiere su juguete, debe morder el sillón. Es mucho mejor idea desviar la atención del cachorro desde el sillón hacia otra zona, puede ser abrir una puerta, hacer un sonido, cualquier cosa que lo distraiga, y una vez que esa atención ya no está en el sillón, entregarle su juguete favorito, y una vez que comience a jugar con el juguete, decirle “¡muy bien!”, reforzando dicha conducta.